En el contexto empresarial, esto significa que una empresa cuyos equipos y líderes pueden adaptar dinámicamente estrategias, procesos y estructuras, responden de manera más exitosa ante cambios. Por ello, el trabajo ágil debe analizarse siempre como un todo en la organización.

Los métodos clásicos y métodos ágiles en la gestión de proyectos se distinguen por el enfoque y el proceso de los proyectos. Para entender cómo funciona el trabajo ágil y por qué está cambiando el mundo laboral, es útil comparar con métodos tradicionales que suelen ser muy planificados. Ejemplos clásicos son el modelo V, el modelo en cascada, el plan de estructura de proyecto y los diagramas de Gantt. El modelo de cascada es el ejemplo más representativo de una gestión de proyectos secuencial.

modelo de cascada – el método clásico

El modelo de cascada es lineal y consta de cinco fases consecutivas:

1. ª fase: Analizar requisitos
2. ª fase: Elaborar el diseño
3. ª fase: Implementar el diseño
4. ª fase: Realizar pruebas
5. ª fase: Puesta en marcha

Cada fase tiene un inicio y una entrega programados, y lo ideal es que sólo se realice una vez. Esto ofrece poca flexibilidad, pero asegura estructura y una metodología fija.

ventajas de los modelos de planificación lineal

Estas son las ventajas de los modelos de planificación lineales en comparación con los métodos de trabajo ágiles:

• indicaciones claras y estructura sencilla
• los avances del proyecto son visibles mediante hitos
• seguridad y control en la planificación
• cálculo preciso de tiempo, presupuesto y trabajo

desventajas de los modelos lineales

Si se comparan los modelos de planificación lineales con los métodos de trabajo ágiles, se observan las siguientes desventajas:

• poca flexibilidad por la secuencia fija
• corrección de errores puede ser costosa
• difícil lograr una ejecución perfecta de todas las fases
• se reacciona menos rápido ante errores
• cambios imprevistos devuelven el proyecto a la fase de diseño

Aunque los modelos tradicionales como el modelo de cascada destacan por su estructura y previsibilidad, en entornos dinámicos y complejos tienen limitaciones. Aquí entra el trabajo ágil: brinda la flexibilidad necesaria para reaccionar rápido ante cambios y desafíos. La integración de estructuras ágiles en una empresa requiere experiencia y tiempo, pero permite crear una organización verdaderamente ágil, capaz de responder de forma efectiva a las exigencias del cliente, el mercado y la tecnología.

El proceso de adopción depende de la organización, pero siempre debe centrarse en que cada persona del equipo pueda desarrollar todo su potencial.

Señales de que el trabajo ágil podría ser beneficioso:

• falta de transparencia en los proyectos
• empleados desmotivados
• disminución de la calidad del trabajo
• falta de feedback del cliente
• productos que ya no cumplen con los requisitos o expectativas

Trabajo ágil con herramientas

Si una empresa decide trabajar de forma ágil, se pueden utilizar diferentes herramientas para apoyar este proceso. Las pizarras móviles, por ejemplo, aportan más flexibilidad a la empresa y a las reuniones, y se pueden utilizar allí donde se necesiten. En SIGEL encontrarás más productos que favorecen un método de trabajo ágil.